Maria Isabel Puig, fundadora y primera Presidenta del Club Morgan

Maria Isabel Puig, fundadora y primera Presidenta del Club Morgan

Maria Isabel Puig, acompañada por Eduardo y María durante la entrevista.

El próximo año se celebra el 40º aniversario de la creación del Morgan Sports Car Club de España. Su fundación fue algo casual, nacido de la pasión por viajar y el amor por los coches clásicos, sobre todo los británicos. Un reducido grupo de enamorados de la marca Morgan y de las experiencias que su conducción proporciona; viajar ligero de equipaje, disfrutar del paisaje y del camino más que del destino, y compartir esas vivencias con personas afines a tus valores, fueron los precursores de lo que hoy conocemos, cuarenta años después, como “nuestro Club Morgan”.

La idea partió de Maria Isabel Puig una joven entusiasta del mundo del motor que descubrió los Morgan en uno de sus viajes por Inglaterra. Con mucho carácter, dominio de idiomas y algo aventurera, Maria Isabel se propuso ser la propietaria de un Morgan a su vuelta a España.

María Isabel, fue empresaria del sector del recambio de automóvil, siempre vinculada y apasionada por el motor, fue pionera en un mundo tradicionalmente muy masculinizado. El perfil internacional de su empresa le abrió la posibilidad de viajar por todo el mundo, sobre todo por el continente africano.

Maria Isabel nos cuenta, en primera persona, cómo fue la compra de su Morgan – “llamé a Malvern, a la factoría Morgan y dijeron que tenían muy pocos… también me puse en contacto con importador de marcas en Barcelona y tampoco podían hacerse con un coche, pero soy muy cabezota y estuve insistiendo – “es que lo quiero, lo quiero, lo quiero…” – y por fin me confirmaron que iban a llegar dos al concesionario que Morgan tenía en Madrid, pero, claro, venían directos de fábrica, había que homologarlo aquí, pues obviamente llegaban con el volante a la derecha… pero conseguí el mío”. –

Al poco tiempo consiguió contactar con algún propietario de Morgan en España -“éramos muy pocos, solo cuatro o cinco, nos llamábamos por teléfono y así nos organizábamos para vernos” – María Isabel era conocedora de la existencia de otros clubes en Europa y casi sin pretenderlo fue naciendo el germen del Club – “al principio éramos muy pocos como para poder organizar una salida en condiciones, así que las primeras convocatorias las realizamos para todo tipo de vehículos ingleses y también para el Club de Coches Antiguos. El objetivo era claro, formar un grupo de apasionados de los Morgan, los vehículos ingleses y los clásicos”.

Poco a poco la idea del Club tomó forma, pero necesitaban una sede, así que unos vecinos de María Isabel, conocedores de su pasión por los Morgan y propietarios de unas bodegas de cava, le ofrecieron sus instalaciones como sede del Club y ahí empezaron – “la relación con ellos fue muy familiar, nos ayudaron mucho y tuvieron detalles muy bonitos, como embotellar cava con las alas del Morgan en la etiqueta” – además del encanto de tener como sede una bodega.

Puestos al habla con Peter Morgan en Malvern para informarle de la intención de hacer crecer el Club Morgan en España, María Isabel descubrió la existencia de un propietario Morgan muy especial: –“Peter nos contó que el entonces Rey de España, Juan Carlos I, tenía un Morgan, algo que desconocíamos totalmente. Le mandamos una carta a La Zarzuela, invitándole a ser el socio número 1, pero nos respondieron muy amablemente que no era posible, claro, nosotros tampoco nos imaginábamos a Don Juan Carlos, Doña Sofía, su séquito, guardaespaldas y todos los controles de seguridad, acompañándonos por esas carreteras polvorientas… pero en previsión de algún nombramiento protocolario, reservamos el socio número 1 del Club y todavía conservo el badge que realizamos ex profeso.” –

La organización de las salidas corría por cuenta de Maria Isabel, en el tiempo que estuvo al cargo de la Presidencia, viajaron dos veces a Menorca y recorrieron varias rutas de enoturismo por La Rioja. Eran salidas muy familiares, muy de amigos a visitar amigos, casi sin horarios ni reservas en hoteles ni restaurantes. María Isabel conservó su Morgan 25 años, pero fue Presidenta sólo 5 años, para luego ceder el testigo al nuevo Presidente, Tete Sola.

Además de recorrer parte del territorio nacional, también disfrutaron de salidas internacionales, gracias a los contactos con los Clubes de Italia y Francia o varios de Inglaterra, pero María Isabel recuerda con especial cariño el viaje a Malvern para la celebración del 75º aniversario del Morgan  – “nos juntamos dos coches en representación del Club y fuimos de visita a Malvern. Fue en 1984, salimos desde Santander en ferri, que no supuso mucho problema, las dificultades llegaron al desembarcar con los coches en Inglaterra, tener que conducir por la izquierda, las indicaciones y los mapas hasta Malvern… una pequeña odisea disfrutada kilómetro a kilómetro.”

31b3537e-b625-4f66-a054-c6492ed6bf35

Allí se encontraron con australianos y estadounidenses que a pesar de no haber podido acudir a la celebración del Aniversario con sus Morgan, compartieron con el resto de asistentes su pasión – “eran como padres orgullosos enseñando las fotos de sus hijos -“mira mi Morgan” – y venga fotos y más fotos”-

María Isabel, nos cuenta que en aquella ocasión conoció a un propietario de Morgan, muy mayor, que se levantaba al alba y dejaba su coche impoluto, abría el capó y el metal del motor brillaba como el acero pulido, era un espectáculo. Esa pasión y dedicación define perfectamente el espíritu Morgan.

26ceed41-ee8b-496d-a6de-68ced5f9a02e

María Isabel habla de la pasión por el Morgan como algo inexplicable, existen otros modelos, otros coches que resulta más lógico entender que despierten esa especial predilección, pero hay que reconocer que el Morgan es un coche pequeño, que obliga a una conducción más ruda y en aquellos años, era un coche realmente  incómodo – “en una reunión del Club a la que acudió Peter Morgan, lo vimos llegar en un… Ferrari, a lo que todos reaccionamos con sorna y él, con un humor muy inglés respondió – yo los fabrico, pero a veces no los sufro… –

Antonio, el marido de Isabel es un gran aficionado a la ópera, algo que les ha motivado a viajar en su Morgan al Arena Festival de Verona en multitud de ocasiones, aunando así sus dos pasiones.         

La conversación con María Isabel se prolonga entre cafés y confidencias, es una mujer con mucha energía y una vida a sus espaldas llena de vivencias y anécdotas. -“ Tengo un sobrino que siempre me pregunta por los Morgan, lo veo muy interesado, quizás pronto tengáis un nuevo socio…” – nos confiesa entre risas.

Nos quedamos con la despedida que María Isabel nos regala – “Me habéis hecho recordar una época muy feliz de mi vida.“ Gracias por compartirla con nosotros.