
Franco Bruno ha sido, durante muchos años, nuestro hombre en el sur. Desde su adorada Marbella ha sido el representante del Club Morgan en Andalucía y resto de la zona sur de la península, gracias a su trato amable, su pasión por el Morgan y su carácter jovial.
Lamentablemente Franco nos ha dejado, no si antes regalarnos momentos entrañables que todos y todas recordaremos. Afectado de una dolencia cardíaca, Franco superaba los ochenta, pero seguía siendo muy activo y se convirtió en un referente para muchos socios del Club, gracias a que ha sido un ejemplo de compromiso y amistad. Nos queda el consuelo de que ha disfrutado de su forma de vida y de su familia hasta el último día.
Le recordaremos como una persona de gran ingenio, perfeccionista, extremadamente divertido, tremendamente humano, cariñoso y que sabía cuidar de sus amigos. Hace dos años le dedicamos esta entrevista para conocerle aún mejor.
Son famosos sus rutómetros, minuciosos y gruesos como biblias, que algunos socios guardan como oro en paño. Tras cada salida mandaba las fotografías “en papel ” gracias a eso hoy algunos socios cuentan con un gran documento gráfico y unos preciosos recuerdos y anécdotas, como la que nos cuenta Pili Cano – “en una salida, hasta llegar al punto de encuentro me cayó toda la nieve del mundo y llegué calada hasta los huesos, menos mal que esperándonos estaba Franco con una caja de dulces, su sonrisa y sus bromas que hacía que se te pasara el cansancio y las dificultadas vividas. Era así, un ser bondadoso y divertido”.
Eduardo Sanchiz, Presidente del Club Morgan, destaca el gran sentido del humor de Franco y su interés por acudir a todas las salidas programadas – “unos días antes de la salida a Galicia me contactó para contarme que tenía dificultades para encontrar acompañante para la ruta y me confesó que “a estas edades me empieza a fallar el heroísmo…” Franco siempre dispuesto a encontrarse con sus compañeros del Club. En otra salida, Franco estaba preocupado por un piloto rojo del salpicadero de su Morgan y así lo compartió con el resto del Club, hasta que entre todos le ayudaron a descubrir que el freno de mano en el Morgan también tiene su luz roja.
Agradable, cariñoso, gran persona, lleno de generosidad… nos faltan adjetivos para definir el carácter de alguien que ha dejado una huella indeleble en el Club Morgan. Desde aquí queremos mandar un enorme abrazo y nuestro más sentido pésame a su familia, reconociendo a Franco como un integrante modélico y referente de los valores de amistad, respeto y pasión por el Morgan que nuestro Club atesora. Siempre estarás en nuestros corazones. Descanse en Paz, Franco.