Toni, Pepa y Morgan, una ecuación perfecta

Toni, Pepa y Morgan, una ecuación perfecta

¿Quién se puede resistir a tener un Porsche 356 Speedster como el de James Dean? Toni Llopis siempre quiso emular al actor de Hollywood y no paró hasta conseguirlo. Tras comprar y restaurar una réplica del famoso deportivo recibió una segunda llamada del vendedor – “Toni, tengo también un Morgan 4/4, por si te animas…” – y vaya si se animó. Conocía el Morgan de ver uno circular por Valencia, un conocido hostelero se movía por la ciudad en el deportivo de la factoría Malven y siempre le había despertado curiosidad. Cuando llegó al concesionario fue amor a primera vista. Hasta hoy.

Toni descubrió por casualidad la existencia del Club Morgan y pronto se hizo socio. Su pasión por los coches y la mecánica encontró en el club a verdaderos compañeros de afición, dispuestos a ayudar en caso de necesitar asesoramiento, pero el Club iba más allá y proponía salidas, rutas en grupo, excursiones, comidas… todo ello encaminado a disfrutar y compartir la pasión por el Morgan. Toni fue guardando la correspondencia del Club en un cajón, hasta que un día Pepa encontró un montón de cartas con una agenda de viajes y rutas espectaculares por la península… Se mascaba la tragedia. Pepa tomó cartas en el asunto y al poco tiempo acudieron a su primera concentración en Calpe. Allí tuvo Toni su primer susto con el Morgan, una mala praxis en la reparación del tubo de escape produjo un incendio en el chasis de madera del vehículo. El resto de conductores acudieron al rescate, apagando el fuego, desmontando la tapicería y solucionando la papeleta de forma rápida y efectiva. Pepa y Toni llegaron a Calpe en un vehículo que olía a quemado y con la tapicería en una bolsa de plástico.

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Calpe supuso un antes y un después en la afición de Toni por los Morgan. En esa misma salida, al llegar al hotel, se encontraron con un Morgan Plus 4 precioso, color marfil, con su decoración deportiva, tapicería marrón… toda una belleza. Al cabo de los años el propietario también se hizo del Club, aunque poco activo, al poco tiempo surgió la ocasión de compra, tras pasar por dos manos más y Toni no lo dudó. Ya tenía su segundo Morgan.

Toni y Pepa ya no se han bajado del coche. El Club les ha regalado un grupo heterogéneo de amigos y amigas fantásticos, independientemente de la provincia de origen, la situación personal y la trayectoria vital de cada uno de los integrantes del Club. Se sienten una enorme familia conectada por la pasión por el Morgan y por los valores que todos comparten. Cada salida, cada viaje es una experiencia que se hace inolvidable.

Toni nos cuenta de la magia de la compañía, de la belleza de los paisajes que recorren, los olores, la música – imprescindible –  y las sensaciones que les permiten disfrutar más del viaje que del destino. El Morgan tiene vida para rato, es un vehículo clásico pero que no ha dejado de fabricarse, lo que permite disponer de repuestos y mejoras. La innovación forma parte del ADN de la factoría Morgan, así que es un vehículo clásico y a la vez actual.

Toni, Pepa y el Club están trabajando para dejar esta semilla de emociones en las generaciones que vienen detrás, para que se conserve y crezca la pasión por compartir sensaciones sobre un Morgan.

El Morgan ha convertido a Toni y Pepa en un binomio perfecto. A Pepa le apasiona viajar, a Toni le emociona conducir. A ambos les encanta el Morgan. La ecuación perfecta.