
Han tenido que pasar unos 20 años para que Eduardo Sanchiz, apasionado del Morgan y actual Presidente de nuestro Club, volviera a visitar Malvern Hill. – “estuve cuando encargué mi Morgan, todavía era una empresa familiar, con el tío y el sobrino por allí trabajando…” – nos cuenta – “años después volví a recogerlo y tenía pendiente una nueva visita…” Seis años tuvieron que pasar…
Este año la ocasión se pintó propicia para una escapada familiar a la factoría Malvern. Ha tenido que pasar una pandemia, la inauguración de un nuevo espacio expositivo – el Morgan Experience – y mantener alguna conversación con Steve Morris, CEO de la marca, para que Eduardo volviera por aquellos lares.
A pesar del tiempo transcurrido y los cambios que ha sufrido la marca tanto en propuesta automovilística como en estructura empresarial, en lo fundamental no ha variado ni un milímetro. Morgan sabe que su valor reside en la autenticidad de la propuesta y podrán incorporar más aluminio a los chasis, pero la madera de fresno sigue presente, podrán combinar colores con mucha personalidad y renovar el emblemático tres ruedas, pero el poso clásico, distinguido y auténtico, permanece.
“No quieren perder el tren del s. XXI” – comenta Eduardo – “por eso tienen muy claro que su mantra debe ser la conexión artesanal con la innovación y la tecnología, para nada una tecnología disruptiva ni excesiva, si no el toque suficiente de innovación que mantenga el espíritu Morgan intacto” –
Y lo están consiguiendo, esta renovación estética y conceptual le ha permitido a la marca acercarse a un público más joven y más interesado en el estilo que en la mecánica. La irrupción del “Three Wheeler” ha sido enormemente significativa, de los 800 vehículos anuales que entregan desde la factoría, los tres ruedas superan en ventas a los cuatro ruedas. En un mercado con una oferta cada vez más homogénea, lo diferente llama la atención y triunfa. Y no es de extrañar que se convierta en un vehículo de culto; incómodo, sin capota, a todas luces visualmente raro… pero original, autentico y único.
El Morgan Experience
La visita a esta nueva zona expositiva y a la fábrica es toda una declaración de intenciones. Desde el minuto uno se respira ese ambiente artesanal pero con un elegante toque de modernidad. “La aceptación es increíble” – nos cuenta Eduardo – “tuve que reservar la visita con María y dos de mis hijos que viven en Londres, con dos meses de antelación y ya no quedaban plazas libres”. La simpatía de todo el personal que atiende al visitante es abrumadora, han dejado el trabajo de guías en manos de ex-empleados de la marca, con lo que el conocimiento del Morgan y del día a día de la factoría es algo interiorizado, nada impostado y te lo contagian a cada paso.
El ambiente de trabajo en toda la factoría es muy bueno, combinando nuevas generaciones de aprendices con manos más expertas, garantizando el relevo generacional en la marca.
Personalización al máximo
Las combinaciones posibles de las decenas de componentes que configuran el coche superan las 300, con lo que además de ser un vehículo único, puedes diseñarlo mucho más ajustado a tus gustos y hacerlo más tuyo todavía, y eso, en un mundo tan estandarizado, es oro puro.
Esa personalización tan extrema era un lastre en otros tiempos, Eduardo tuvo que esperar seis años en poder tener el coche en su garaje, hoy es cosa de unos meses y si te conformas con lo que haya en stock, casi que te lo llevas puesto. Toda esta innovación, redirección en el producto y diferenciación de la competencia parece tener un objetivo, el mercado americano. Es muy difícil acceder al principal mercado automovilístico del mundo, pero los pasos que Morgan está dando en cuanto a sistemas de seguridad y certificaciones apunta que tienen la mirada puesta en el mercado yankee. Tiempo al tiempo.
40 años del Club
Una nueva visita de nuestro Club a Malvern es casi obligatoria, se ha intentado alguna vez, pero ahora es cuestión de replantear la salida desde cero. Una visita de este tipo te permite estar en sintonía con la marca, te coloca dentro del universo Morgan y valoras mucho más la pasión y la emoción al ser testigo de lo que allí sucede. Tenemos una gran ocasión en el 2024 con el 40 aniversario del Club para preparar una visita que seguro será inolvidable.
Eduardo contactó con Steve Morris, que mandó un cariñoso saludo a los componentes del Club Morgan hispano a través de su Asistente, pues no pudo estar presente en la visita por obligaciones personales, pero agradeció el trabajo y el compromiso de los integrantes del Club para con la marca.
“Mi hijo” – nos cuenta Eduardo – “feliz propietario de un híbrido enchufable, salió de Malvern con una única duda, de qué color será su próximo Morgan…”
¿El próximo reto? Alquilar un tres ruedas y recorrer la campiña inglesa…
¡Nos apuntamos Eduardo!