Simón nació en l’Empordà, Girona, en pleno corazón de la Costa Brava y siempre se ha dedicado profesionalmente al mundo de los seguros. Actualmente se encuentra en una etapa de su vida en la que dispone de más tiempo libre y lo disfruta al máximo. Mercè, su compañera de vida y de Morgan, es ingeniera informática, desarrollando en la actualidad su trayectoria en el mundo de la visión artificial. Ambos comparten su pasión por viajar y por los Morgan.
Simón siempre ha sido un admirador de los coches ingleses, por lo tanto también del Morgan, un vehículo el cual siempre había sido admirado por nuestro amigo, pero a la vez visto como algo inalcanzable, como si fuera un capricho lleno de romanticismo, de esos que viven en nuestros sueños y jamás pensamos que algún día se harán realidad. Simón no sabía que el Universo estaba tomando cartas en ese asunto.
La vida se encargó de ponerle a Simón las prioridades en su sitio. No hace mucho, Simón recibió un aviso desde su caja torácica, alto y claro, le dijo que levantara el pie del acelerador del trabajo y lo pusiera sobre el freno de la vida. Dicho y hecho, tras una conversación con sus médicos, Simón dijo “hasta aquí” y desde entonces su caja torácica no hace más que llenarse de buenos momentos, momentos con su familia, con sus amigos y con su pasión, los coches clásicos y hacer kilómetros en buena compañía.
Simón atesora varios ejemplares de dos y cuatro ruedas, los conserva por el placer de sentirse coleccionista y de disfrutar de los detalles que cada uno de ellos le aportan cuando conduce. Enamorado de los modelos británicos, decidió que ese momento de pausa en su vida laboral era el momento ideal para comprar un Morgan, algo que siempre había tenido en mente pero que hasta ese momento no había visto tan claro –“era la ocasión” – nos cuenta – “tanto tiempo mirando a los Morgan desde la barrera, pensando que era una ilusión inalcanzable hasta que la vida te da un toque y piensas ¿porqué no?” – así que empezó a curiosear por Internet, buscando aquí y allá hasta que dio con el modelo que le encajaba. Su propietario vivía en Marbella, así que Mercè y Simón se subieron a un AVE y se plantaron en la capital de la Costa del Sol. El modelo no defraudó, así que Simón y Mercè se subieron al Morgan y se volvieron a Girona.
Tanto les llenó el Morgan, tanta pasión les despertó que no pudieron resistirse y al poco tiempo decidieron incrementar la familia Morgan con un 3 Wheeler, un modelo muy divertido y con un carácter muy particular; más individualista, muy llamativo y complicado de encajar en viajes en grupo, con lo que al poco tiempo Simón decidió desprenderse de él y centrar su actividad sobre el asfalto pilotando su Morgan 4; más versátil, más cómodo e ideal para disfrutar en pareja y con amigos.
Simón describe las sensaciones al volante de un Morgan con dos palabras verdadera conducción, es su forma de explicar esa conexión con la máquina, – “yo lo conduzco prácticamente a diario y es un vehículo que responde a tus brazos y a tus pies de forma más explícita, más verdadera y real que al volante de un coche convencional”.
“Empezó siendo un hobby vinculado al mundo del motor, pero al involucrarnos más con él y aprovechar cada ocasión para usarlo en las excursiones, algo que nos encanta o realizar pequeños viajes y escapadas, comprobamos que se disfruta de forma muy diferente al resto de coches, en los que estamos completamente conectados con la tecnología” – “para que te hagas una idea” – nos confiesa Simón – “la desconexión en un Morgan es tan grande que no llevamos ni música, no queremos perdernos ni un detalle de la conducción” – sentencia.
“Viajar con el Morgan es convivir con anécdotas”, – nos cuenta Simón – “siempre hay algún curioso, alguien que quiere hacerse una foto junto al coche… pero la sorpresa de nuestro Morgan nos la dio el primer día que lo recogimos en Marbella, su propietario nos confesó que ese mismo coche lo utilizaba Sean Connery cuando estaba en Málaga…nos quedamos sin palabras” – Sin palabras y sin gasolina, pues ese primer día con el Morgan, que aprovecharon para recorrer la serranía de Ronda, se quedaron sin gasolina al no controlar el sistema de indicadores de combustible…
Simón y Mercè hace poco que se han integrado en el Morgan Sports Car Club de España, pero enseguida han encajado y Simón nos da la clave – “los Morgan no son los coches más rápidos, ni los más ostentosos, ni los más avanzados, ni tampoco los más confortables. Los apasionados de los coches, no usan un Morgan. Sólo los apasionados del Morgan lo hacen y esa pasión es un punto en común que hace que en el Club se reúnan personas de edades y profesiones muy diferentes y se dediquen a disfrutar y a compartir.” – Simón pone en valor que las excusiones las organice alguien del lugar, una garantía de éxito para disfrutar del ambiente familiar del Club, algo que lo hace muy diferente a cualquier otro grupo de aficionados de otras marcas.
Parece que el relevo generacional está asegurado, los hijos de Simón y Mercè aprovechan cualquier excusa para apropiarse del coche familiar y sentir la “verdadera conducción” a lomos del Morgan. ¡Nos vemos en la próxima curva!