Juan Luis y Matilde, sentir el Morgan

Juan Luis y Matilde, sentir el Morgan

Juan Luis López-Belmonte, nacido en Madrid, ha dedicado su vida profesional a la farmacia empresarial, junto con Matilde Claver, también farmacéutica y compañera de vida y de aventuras. Forman una pareja de apasionados del motor, los viajes y el bridge, que compaginan su actividad profesional con cada vez algo más de tiempo libre y se permiten dedicarlo a lo que más le gusta, viajar con su Morgan.

Con poco más de diez o doce años, a Juan Luis le entró el gusanillo del motor gracias a su cuñado y a las revistas que en aquella época llegaban a los kioscos. De la mano de su cuñado pisó por primara vez el asfalto del Circuito del Jarama y con el paso de los años la afición se convirtió en pasión. Incluso participó de copiloto en algún rally, lo que le permitió saborear, en primera persona, del aroma de la gasolina y de los neumáticos.

Fue en alguna de aquellas revistas donde descubrió la original silueta del Morgan y toda la historia que había tras ella. Incluso alguna miniatura sostuvo en sus manos jugando durante su niñez, pero fue muchos años después cuando se acercó por algún concesionario para verlos más de cerca e incluso pasó por su mente la idea de encontrar la ocasión para comprar un ejemplar de la factoría Malvern. Una idea descabellada, algo que te llena de ilusión pero que sabes que nunca sucederá… o eso es lo que tú te crees.

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Pero la ocasión fue la que encontró a Juan Luis. En una de las revisiones de la ITV con su Porsche 911-933 se dio de bruces com un precioso Morgan 4/4 blanco, modelo Aniversario, que se encontraba con su propietario resolviendo también los menesteres técnicos del vehículo. Los ojos de Juan Luis no se despegaron del Morgan y al terminar con el trámite no pudo evitar acercarse al coche y saludar a su dueño, -“que bonito es su coche” – le dijo – “gracias, pero a mi el que me gusta es el suyo, si quiere se lo cambio” – le respondió el propietario del Morgan. Dicho y hecho, se sentaron a hablar y Juan Luis, como buen hombre de negocios, se quedó con el Morgan y todavía conserva su Porsche 911-933.

Juan Luis y Matilde pensaban que aquel Morgan iba a ser un coche de “paseo”, para recorrer unos pocos kilómetros a la redonda, disfrutar de un vehículo descapotado, una conducción diferente… hasta que decidieron acercarse a Córdoba y tras disfrutar kilómetro a kilómetro y curva tras curva con el Morgan ¡se recorrieron media Andalucía! Un viaje previsto para poco más de un día se convirtió en toda una aventura de varios días por Grazalema, Ronda, Marbella, Málaga, Tarifa, Cádiz… y porque tenían que volver en algún momento, no podían ni imaginar, cuando salieron de Madrid, que recorrerían tantos kilómetros disfrutando tanto del Morgan.

Porque al final lo que necesita un apasionado del motor es sentir. Sentir la carretera – “sentir que conduces” – apunta Juan Luis – “no pensar que es el coche el que rueda, si no que eres tú el que formas parte de la mecánica de esa maravilla y haces que todo funcione” – y que pasen los kilómetros sin darte cuenta.

Son incontables los kilómetros que Juan Luis ha rodado, por carretera, por caminos, autopistas, en el Jarama, en Porche, en moto – atesora varios modelos de motos BMW para más inri – pero nada puede compararse a la conducción de un Morgan, sentir cada bache, cada grava del camino, los sonidos, los olores que te rodean, es una sensación de libertad irrepetible.

Quizás por todo eso uno de los mejores recuerdos que conserva Juan Luis con su Morgan, lo comparte con su hijo, la primera vez que ambos realizaron una salida y descubrieron el impacto que el coche producía en la gente que les rodeaba y en ellos mismos – “nadie nos miró con mala cara, con envidia o reproche – nada más lejos de nuestra intención – nos miraban con sorpresa, eran miradas divertidas y cómplices, fue una satisfacción más para sumar a todo lo que sentimos aquel día. –

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Nada más comprarse el Morgan, Juan Luis curioseó en Internet a la búsqueda de un Club de apasionados como él que le permitiera compartir información y conocimientos sobre el coche, recaló en la web del Club y tras el intercambio de algunos correos, se dio de alta como socio inmediatamente. – “Ha sido una sorpresa muy agradable” – nos comenta – “descubrir un grupo tan heterogéneo de personas conectadas por el Morgan y que se nos haya acogido tan bien y en tan poco tiempo. Un grupo que rebosa amabilidad y buen rollo. Es increíble cómo se organizan las salidas y cómo todos están pendientes de que todos estén bien, como en una gran familia”.

Pero Juan Luis está ávido de kilómetros, de motor y gasolina – “estoy pensando en cambiarme a un seis cilindros, necesito esa sensación de solidez…” – nos dice, y casi riendo añade – “además, un seis cilindros, suena de maravilla…”-